Del cuaderno de viaje
08.08.17
Estoy en el museo de Gabriela Mistral —primera poeta latinoamericana en recibir el Premio Nobel en Literatura—. Este se ha tornado el lugar en el que más me gusta estar, todas las tardes el pasto, el sol infinito del valle, los pájaros y a veces los temblores sacudiéndome íntegra. Hoy pude entender que la naturaleza me enciende y me tranquiliza, me saca de casas oscuras, me expone al paisaje cual flor abierta. Miro las plantas, que son hermosas, la lavanda me recuerda a Viole, y Viole a Buenos Aires. Buenos Aires es una fecha en mi cabeza: 26 de agosto de 2017.
No hay relevancia en la exactitud, las fechas son solo la forma de determinar un momento en el tiempo, y no estoy segura todavía que el tiempo sea real, ni tampoco de qué es la realidad. La importancia del presente, aquí y ahora: el único estado que puedo vivenciar.
Del Desafío analógico
Día 3
Ayer leí que las chicas dicen que siempre escriben sobre sí mismas, y pensé que es algo que siempre hice sin remordimiento por los demás personajes de mi vida; pero también pensé que desde que comencé el desafío escribo en plural, porque este viaje es mío y de todas las personas que comparten los kilómetros.
A Bariloche llegué sola, con la mochila pesada de abrigos y de recuerdos, con la angustia de no querer volver a mi ciudad y la necesidad de encontrar nuevos paisajes y nuevos momentos que debería superar sola, como si las verdaderas pruebas de la vida comenzaran ese día en que me fui y llegué.
Día 4
Ayer, además de los momentos de oscilación y claridad, los balances fueron positivos. Ayer fue el día en que supimos que algunas cosas están mejor de lo que pensábamos y que el progreso viene acompañado de la fuerza y energía que nos demos a nosotros mismos y a los demás. Ayer discutimos sobre las tendencias posesivas del ser humano y sobre los límites de las relaciones humanas. Ayer aprendimos que siendo fiel a uno mismo estamos construyendo un mundo mejor y también hablamos sobre el ayer y el hoy, sobre las resistencias que ofrecemos a los cambios y sobre la necesidad de fluir sin un fin. Ayer nos vimos juntos y fuertes, reafirmamos nuestras similitudes y diferencias, construimos breves historias sobre la mutación de las almas y del querer.
Ayer entendimos, por vez primera, que nos encontramos enhorabuena y que este es el momento de compartirnos, disfrutarnos y amansar nuestras soledades.
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