¡Feliz año, querides!
Esta carta es para hacer balance de lo que ha sido este año 2018 para nosotras como editorial y las cosas que hemos vivido junto a vosotras y vosotres, quienes formáis parte fundamental de este proyecto.
2018 ha sido el segundo año natural de Índigo como proyecto, pero el primer año como editorial. Durante estos doce meses, hemos publicado los dos volúmenes de la antología La desconocida que soy, mientras abríamos un sello anexo a Índigo, llamado otro azul, con el que damos servicio editorial a todas las mujeres cursiva que tengan ganas de sacar sus libros a la luz.
El año 2017 terminó lleno de emoción: la convocatoria de diarios íntimos escritos que habíamos lanzado en octubre nos llenó el buzón de textos hermosos que venían de Uruguay, Argentina, Perú, Chile, México, Colombia, Venezuela, Cuba y España. Después había que hacerlo real, así que empezamos el proceso de selección. Queríamos publicar más de cincuenta textos, y decidimos una antología de diarios en dos volúmenes. En diciembre del mismo año nos juntamos en Madrid, todavía sorprendidas por lo que teníamos entre las manos.
En enero de 2018 estábamos terminando de editar el primer volumen, buscándole un título al libro. Lo encontramos en uno de los fragmentos de la autora del primer volumen, Mariela Cordero. Fue hermoso el hallazgo, el proceso. A finales del mes hicimos la última corrección del borrador. El primer libro estaba listo, pero teníamos que imprimirlo.
En Madrid nos habíamos reunido con la imprenta para hacer el presupuesto y en Buenos Aires nos esperaban Malu y Juanfer, de la imprenta Derrames, amigues y cómplices. Nos faltaba el dinero para que La desconocida que soy se convirtiera en un libro, así que después de semanas de investigar sobre campañas de crowdfunding, lanzamos la nuestra en febrero. Fernanda diseñó unos regalos preciosos y en un mes conseguimos el presupuesto que necesitábamos. Fue un periodo muy intenso: de hablar con medios de comunicación, escribir artículos hablando del proyecto, mandar mensajes sin parar (lo sabemos, fuimos muy pesadas) y en definitiva, correr una carrera contrarreloj para cumplir nuestro deseo de materializar el libro. En mitad de aquel proceso, decidimos cambiarnos el nombre de Índigo Editorial a Índigo Editoras, porque sentíamos que nos representaba más, y según nos contasteis, a vosotras también os pareció buena idea. Además, febrero fue un mes de mucho trabajo por los preparativos del I Encuentro de Mujeres y Escritura que celebramos en Montevideo en marzo, junto con La casa de Chiche y Oma, La casa de las poetas, y todas las que formamos parte de aquella magia.
Y así fue. Llegó marzo, el mes de las pruebas de imprenta, de imprimir la primera tirada, de transportar los primeros libros de un país a otro. También fue el mes del Río de la Plata, del Encuentro en Uruguay. Allí compartimos por primera vez el taller de autoedición Anotaciones para un libro. También presentamos por primera vez La desconocida que soy junto con Natalia Romero, a quien acabábamos de conocer y fue como si nos conociéramos de siempre. Las autoras se firmaron los libros las unas a las otras, aprendimos mucho juntas, nos conocimos, nos emocionamos, sentimos el cuerpo, escribimos.
En abril no podíamos creer todo lo que había pasado el mes anterior. Hicimos la segunda edición del taller de autoedición en la casa de Boedo, que fue nuestra oficina y hogar aquellos meses. Además, publicamos Ejercicio de las memorias, de la poeta uruguaya Romina Serrano. Fue el primer poemario de otro azul. Tener los ejemplares en las manos fue maravilloso, y también entregárselos a ella, que llegó aquella tarde de un concierto y se fue al barco cargada de libros.
Mayo fue un mes muy importante. Estuvo nuestra cómplice María Pérez junto con Dafne Benjumea en la Feria del Libro de Sevilla. Aquí estuvimos en Zona Futuro, en la Feria del Libro de Buenos Aires. Hicimos la tercera edición del taller en la casa de Boedo y presentamos La desconocida que soy en Espacio Lavallen, en Buenos Aires, rodeadas de gente querida y de vino. Mientras tanto, empezamos la relación con las librerías de España y en algunos espacios de Argentina.
En junio pasó algo mágico: se presentó La desconocida que soy en Aguilar de Campo, Palencia, mientras nosotras estábamos del otro lado del océano, y fue gracias a una de las autoras y también amiga, Laura Sanz Corada. Y también fue en junio cuando nos juntamos en La casa de las poetas a escribir el deseo en la primera edición de Bocanada, nuestro taller de escritura erótica. En junio lanzamos nueva web. El 14 de aquel mes recibimos la hermosa noticia de la media sanción de la Ley del aborto en Diputados (porque también ha sido un año de militancia, de salir a la calle, de poner el cuerpo en otras luchas).
Agosto nos volvió a juntar para escribir en las últimas ediciones presenciales de los talleres. Fue en Espacio Lavallen. Hacía frío pero no lo sentimos. Y el día 8 salimos de nuevo a la calle por el aborto legal, seguro y gratuito.
En septiembre nos despedimos en el Parque Centenario: Marina se fue a Madrid, Carla y Fernanda se quedaron en Buenos Aires. Fue un mes de reacomodarnos. Empezamos a trabajar el poemario de Lilián Toledo.
Y octubre de nuevo con la vorágine: la impresión de libros, el lanzamiento de la versión online de Bocanada, la gira de presentaciones por España junto con Natalia Romero (que prologó el segundo volumen). Una gira que se extendió hasta noviembre y en la que llegaron ejemplares de La desconocida que soy a Madrid, Santiago, Valencia, Barcelona, Bilbao y Granada. Un mes hermosísimo, que culminó muchos abrazos que habíamos comenzado de forma virtual.
Lilián Toledo, la segunda poeta uruguaya a la que publicamos con otro azul, recibió sus ejemplares de Celebración de Lilith en noviembre. Y también en noviembre iniciamos «se abre el diario», una propuesta de lectura íntima compartida donde ponemos rostro y voz a nuestras escrituras.
En diciembre recibimos la temporada navideña sorteando ejemplares de La desconocida que soy, algunas autoras siguieron abriendo sus diarios (nos encantaría que os animéis a hacerlo) y nos reunimos virtualmente para preparar el trabajo de cara al año que viene.
Y otra cosa importante: en diciembre paramos por Lucía y por todes.
Además, mes a mes, pensamos contenidos para la web como la selección de diarios para ampliar las voces publicadas, la selección de textos para «Ellas escriben», en la que pretendemos que las escritoras tejan sus poéticas sobre la escritura, publicamos sugerencias a partir de fragmentos de libros y escribimos las editoriales periódicamente para seguir investigando en las bases fundacionales del proyecto, las problemáticas que nos atraviesan y las cuestiones que nos convocan.
Como veis, ha sido un año cargado de cosas: de emociones, de trabajo, de viajes, de libros. No hemos parado de trabajar y por lo que parece, el 2019 será otro camino sinuoso. ¿Qué esperamos que nos traiga? Nuevos libros escritos por mujeres contemporáneas, una solidez en nuestras bases argumentales, encontrar la manera de encajar muchas contradicciones con las que hoy día nos seguimos topando, muchos nuevos encuentros y el descubrimiento de voces necesarias para nuestro panorama literario. Será un año lleno de luces y sombras, de deseos cumplidos y frustraciones. De materialización y reflexión.
Os queremos agradecer profundamente que seáis parte de esto, que hayáis confiado en el proyecto desde el principio. Índigo lo hacemos entre todas y todes, cada día. Todos los meses durante todo el año. Esperamos que juntas tengamos una larga vida.
Con amor,
Fernanda, María, Marina y Carla
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